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Cuando las alteraciones de la ventilación
y de la perfusión alveolar sobrepasan las posibilidades de
compensación, los gases en la sangre arterial se apartan del
rango normal, con el consiguiente riesgo para la respiración
celular. La cantidad de oxígeno que se aporta a los tejidos generalmente excede
a las demandas metabólicas. Cuando las necesidades son mayores
que el aporte, los tejidos utilizan vías anaeróbicas
para la generación de energía. Si este desbalance
no se corrige, se produce acidosis por acumulación de ácido
láctico, se altera aun más el metabolismo celular
y, eventualmente, la célula puede morir.
En este capítulo revisaremos algunos conceptos sobre hipoxemia y analizaremos
el problema de la falta de oxígeno al nivel celular o hipoxia,
que, como veremos, no es siempre resultado de un aporte pulmonar
o PaO2 disminuido.
En rigor, hipoxemia se refiere a una baja del contenido y/o presión parcial
de O2 en la sangre arterial.
Sin embargo, esta definición amplia se presta a confusión,
ya que la relación entre PaO2
y contenido de O2 no
es lineal y depende de muchas variables: la PaO2
puede caer bajo lo normal sin cambios significativos en
su contenido, mientras que el contenido puede estar muy disminuido
sin cambios en la PaO2
(anemia o intoxicación con CO). Para evitar estos
problemas, nos atendremos a la acepción de uso más
difundido: hipoxemia es la disminución de la PaO2
bajo los límites normales para la edad del sujeto.
Con esta definición se enfatiza el papel del aparato respiratorio,
del cual depende la PaO2.
Las situaciones en que se produzca discrepancias entre PaO2
y el contenido serán debidamente destacadas.
HIPOXEMIA
El parámetro de oxigenación arterial que evalúa la función
pulmonar es la PaO2,
ya que es la función intercambiadora de gases del pulmón
la que generalmente determina su valor. Por otro lado, cuando
lo que se desea examinar es la respiración tisular, no
sólo interesa la presión, que es la determinante
del flujo de O2 a las mitocondrias,
sino también la cantidad de moléculas de O2
aportadas al tejido por unidad de tiempo. Este aporte depende
tanto del contenido de O2
arterial como de la cantidad de sangre que llega al tejido por
unidad de tiempo.
La disminución de la PaO2
puede deberse a múltiples factores:
1. Disminución de la presión parcial del oxígeno inspirado
- Disminución de la presión barométrica: altura
- Disminución de la fracción de oxígeno en el aire inspirado:
consumo del O2 por respiración
en espacios cerrados (minas, equipos de sumersión,
aparatos de anestesia, etc.), o en procesos de combustión
(incendios, estufas, etc.)
-
Desplazamiento del O2 por gases inertes:
nitrógeno, metano (minas, pozos)
2. Insuficiencia de la oferta pulmonar
-
Hipoventilación, trastornos de la relación /Q
o de la difusión
3. Cortocircuitos circulatorios de derecha a izquierda
-
Fístulas arteriovenosas intrapulmonares, comunicaciones intracardíacas.
Con la ayuda del examen de gases arteriales, la diferenciación
de estos tres mecanismos es generalmente fácil, aunque
puede haber problemas con las comunicaciones interauriculares
que se abren o que revierten su flujo, al agregarse hipertensión
pulmonar por enfermedad pulmonar:
-
Si hay hipoxemia con alza concomitante de la PaCO2
y la PA-aO2
está normal, puede afirmarse que la causa es una hipoventilación
alveolar global
-
Si la PA-aO2 está aumentada,
con PaCO2
normal o baja, la hipoxemia se debe a trastornos de la relación
/Q
-
Si tanto la PA-aO2 como la PaCO2
están aumentadas, la hipoxemia tiene un origen mixto
Como se vio en los capítulos anteriores, la determinación de los
gases arteriales en ejercicio y con la administración
de oxígeno permite avanzar en el diagnóstico fisiopatológico:
-
En la disminución de la relación /Q
debida a obstrucción bronquial difusa el ejercicio
puede aumentar la PaO2
al aumentar la profundidad de la respiración
y la administración de O2
al 40% corrige la hipoxemia en grado variable
-
En los trastornos /Q
con efecto cortocircuito, la administración de oxígeno,
incluso en altas concentraciones, modifica escasamente la
PaO2 ya que
la sangre venosa del cortocircuito sigue pasando sin contacto
con el gas administrado y el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo
anómalo .
-
Los problemas de difusión se corrigen fácilmente con O2
al 40% y hay importante caída de la PaO2
con el ejercicio porque la mayor velocidad del flujo
sanguíneo pulmonar significa menor tiempo de exposición
de los eritrocitos a los gases alveolares.
La tolerancia a la hipoxemia varía considerablemente entre individuos.
Las manifestaciones clínicas son inespecíficas
y dependen de las condiciones físicas del sujeto, de
su nivel de actividad y de si la hipoxemia es de carácter
agudo o crónico. Mientras más rápida es
la caída de la PaO2,
mayores son los trastornos que se producen, porque los mecanismos
de compensación agudos son de capacidad limitada. En
cambio, cuando la hipoxemia es de instalación lenta (enfermedades
crónicas pulmonares y cardíacas), hay tiempo para
el desarrollo de mecanismos de compensación eficaces.
A pesar de que son muchas las variables que determinan la gravedad de una hipoxemia,
los siguientes criterios de calificación son útiles
como una primera aproximación:
- Sobre 60 mmHg se considera que existe hipoxemia moderada.
- Si la PaO2 está entre
40 y 60 mmHg se considera una hipoxemia importante
- Si ésta cae bajo 40 mmHg el trastorno es grave y debe temerse daño
miocárdico y cerebral
- Si la PaO2 es menor de 20 mmHg
el riesgo de muerte es inminente
En algunas circunstancias, el aumento de la Hb no saturada con O2,
causado por la hipoxemia, se manifiesta por una coloración
azul de piel y mucosas, denominada cianosis. Como se explicará
en el capítulo de examen físico, éste no
es un signo sensible, porque es evidente sólo cuando
la hipoxemia es considerable y puede estar ausente si hay anemia,
además, en ocasiones es difícil de detectar por
el color de la piel, deficiencias de iluminación, etc.
HIPOXIA
La hipoxia se define como la disminución del aporte de oxígeno
a las células, lo que limita la producción de energía
a niveles por debajo de los requerimientos celulares. Puede generarse
por diversos mecanismos que se esquematizan de la siguiente forma:
a.- Por disminución de la PaO2
a raíz de cualquiera de las causas de hipoxemia
enumeradas.
b.- Por disminución de la capacidad de transporte de oxígeno
de la sangre: anemia, intoxicación por CO, metahemoglobinemia.
c.- Por disminución del aporte sanguíneo
a los tejidos:
•generalizado:
shock, insuficiencia cardíaca.
•
localizado: oclusión arterial o venosa.
d.-Por trastorno de difusión entre capilar y célula
por aumento de líquido intersticial (edema).
e.- Por intoxicación de los sistemas enzimáticos
celulares de oxido-reducción: intoxicación por
cianuro.
f-.Por consumo excesivo de oxígeno en los tejidos:
fiebre alta, ejercicio muscular intenso.
El primer grupo se caracteriza por presentar PaO2
baja (hipoxia hipoxémica). El segundo grupo presenta
PaO2 normal con
contenido bajo. En los grupos restantes, tanto la presión
como el contenido de oxígeno son normales, salvo que exista
compromiso pulmonar secundario o concomitante. La ultima causa,
el mayor consumo tisular, no produce hipoxia por sí sola,
ya que en general el aumento del metabolismo se acompaña
de un aumento de la perfusión sanguínea del territorio
en actividad. Es sí, en cambio, un factor de agravación
de los otros mecanismos mencionados.
ASPECTOS FISIOLOGICOS DEL OXIGENO
La cantidad de oxígeno entregada por la microcirculación a las
células debe ser igual a la cantidad consumida por las mitocondrias.
Este aporte es esencial, ya que más del 95% de la energía
generada por el organismo se origina en forma aeróbica. Por
esta vía, cada mol de glucosa da origen a 38 enlaces fosfato
ricos en energía, mientras que por la vía anaerobia,
en ausencia de O2, sólo
se forman 8 enlaces por mol. Todos los depósitos de oxígeno
del organismo duran sólo para cubrir por 5 minutos las necesidades
de reposo.
La presión de oxígeno importante para el metabolismo es aquella
que se alcanza en el interior de las mitocondrias, existiendo un
nivel de tensión bajo el cual la función celular se
compromete. Dentro de un tejido, las células más alejadas
del capilar sanguíneo están más cerca de la
tensión de oxígeno crítica e incluso, en condiciones
normales, algunas células pueden estar en el límite
anaeróbico.
Los diversos órganos muestran distintos grados de susceptibilidad a la
hipoxia, dependiendo de la relación entre su actividad metabólica,
su flujo sanguíneo y las posibilidades del órgano
de modificar estos factores en caso de necesidad. Es así
como el músculo esquelético recupera su función
normal aun después de estar 30 minutos en isquemia, mientras
que las células cerebrales experimentan un daño permanente
luego de 4 minutos de hipoxia.
Intercambio de oxígeno entre capilar y tejido
En los capilares tisulares, el O2 difunde
hacia los tejidos porque la PO2
del líquido intersticial es baja (cerca de 40 mmHg), mientras
que en el lado arterial del capilar es de 60-90 mmHg. La
PO2 en un punto cualquiera
del espacio intercelular depende de varios factores, como la distancia
entre ese punto y el capilar funcionante más cercano, la
velocidad de consumo de O2
del tejido y la velocidad de la corriente sanguínea por el
capilar. La distancia entre un punto cualquiera y el capilar más
cercano puede cambiar, porque pueden abrirse o cerrarse arteriolas
y con ello aumentar o disminuir el numero de capilares funcionantes.
Los tejidos metabólicamente más activos tienen menor
PO2, mayor PCO2,
menor pH, mayor temperatura y mayor concentración de productos
derivados del metabolismo celular. Todos estos elementos dilatan
las arteriolas por acción directa, aumentan el número
de capilares funcionantes, disminuyen la distancia intercapilar
y aumentan la irrigación sanguínea. Se ha demostrado
que el músculo en contracción tiene diez veces más
capilares funcionantes que el músculo en reposo.
El metabolismo celular mismo modifica la PO2
tisular de varias formas:
1. A mayor actividad metabólica, mayor es la PCO2
local y la temperatura, y menor es la PaO2,
factores que disminuyen la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno,
facilitándose así su entrega a los tejidos.
2. A mayor consumo celular de O2, menor
es la PO2 tisular y, por lo
tanto, mayor el gradiente de difusión entre el capilar y
la mitocondria. Si el metabolismo celular es cero, como ocurre en
la intoxicación por cianuro, la PO2
de la sangre capilar y venosa se hace igual a la PO2
arterial.
Los factores que regulan la extracción de oxígeno por los tejidos
son poco conocidos. En condiciones normales, la diferencia arteriovenosa
es de 4,5-5 ml de O2 por cada
100 ml de sangre, es decir, en reposo sólo se extrae el 25%
del contenido de O2 de la sangre.
En condiciones de actividad muscular muy intensa puede extraerse
casi todo el oxígeno, y en algunos órganos como el
corazón, si aumenta su actividad, se incrementa el flujo
sanguíneo sin aumentar la extracción de oxígeno
que siempre es alta. En otros órganos están presentes
ambos mecanismos.
Depósitos de oxígeno
A diferencia del CO2, que puede hidratarse
y almacenarse en cualquier líquido corporal, el O2
sólo puede acumularse en cantidad importante en combinación
reversible con grupos hem de la Hb y de la mioglobina. Los depósitos
totales de O2 son pequeños,
ya que sólo equivalen al consumo de 5 minutos del organismo,
mientras que los depósitos de CO2
corresponden a la producción de al menos tres horas.
Las reservas de O2 del organismo están
en el aire que ocupa la capacidad residual funcional del pulmón,
en la sangre y en las células. Estos dos últimos depósitos
son de escasa significación, excepto en las células
musculares que, gracias a la mioglobina, contienen 10 veces más
O2 que el que tendrían
si éste estuviese sólo en disolución física.
Sin embargo su papel como depósito de oxígeno es solo
local.
Efectos fisiopatológicos de la hipoxia
Del balance entre los efectos nocivos de la hipoxia y los efectos compensatorios
que ella misma desencadena, depende que se mantenga el aporte de
oxígeno a los tejidos vitales, y se optimice la capacidad
de los tejidos para extraer el máximo de oxígeno.
Efectos sobre la ventilación. La disminución de la PaO2
produce un aumento de la ventilación mediada por
los quimio receptores aórticos y carotídeos. El umbral
de estimulación es muy variable entre individuos, pero en
general la PaO2
debe caer bajo 60 mmHg para que comience a aumentar la ventilación.
La respuesta de estos receptores es modificada por la PaCO2:
un descenso de ésta, como sucede en la adaptación
a la altura, disminuye la respuesta ventilatoria a la hipoxemia.
A la inversa, un aumento de la PaCO2
potencia la respuesta ventilatoria frente a la hipoxemia.
Efectos sobre la circulación. A diferencia de la respuesta ventilatoria,
pequeñas reducciones de la PaO2
provocan una serie de respuestas cardiovasculares compensatorias.
A nivel del corazón, se produce aumento tanto de la frecuencia
como de la fuerza de contracción, con lo que aumenta el gasto
cardíaco. El mayor consumo miocárdico de oxígeno
que esta respuesta implica es facilitado por una vasodilatación
coronaria por la acción directa de la hipoxemia y por un
aumento de la presión arterial diastólica, derivada
de reflejos neurohumorales, que aseguran un mayor flujo coronario.
El sistema éxcito-conductor también se ve afectado,
tanto por la hipoxia misma como por las catecolaminas descargadas
por el estrés general. Son frecuentes las arritmias de distinto
tipo y gravedad.
En el cerebro, el aumento del flujo es proporcionalmente mayor que el aumento
del gasto cardíaco, debido a la disminución de la
resistencia vascular cerebral que produce la hipoxia. El riñón,
por no ser un órgano esencial para la sobrevida inmediata,
presenta importante vasoconstricción, derivándose
la sangre a los órganos cuya función es mas crítica.
El diafragma, en condiciones de hipoxemia, sobre todo si enfrenta
resistencias respiratorias aumentadas, pasa a ser un órgano
de exigencias tan críticas como el corazón.
La circulación pulmonar reacciona en forma diferente al resto de los vasos
del organismo: la hipoxia alveolar produce un aumento local de la
resistencia vascular pulmonar, básicamente por acción
directa sobre los vasos pulmonares precapilares constituyendo el
principal mecanismo de redistribución selectiva del flujo
sanguíneo pulmonar a las zonas mejor ventiladas.
Flujo sanguíneo capilar. La cantidad de capilares funcionantes
en los tejidos aumenta en la hipoxia aguda y, en la hipoxia subaguda
y crónica, existen evidencias morfológicas de un aumento
de la densidad capilar en la retina, músculo cardíaco
y músculo esquelético.
Efecto sobre el sistema nervioso. El tejido cerebral tiene, junto con
el miocardio, la más alta sensibilidad del organismo a la
falta de oxígeno. El límite de tolerancia para una
anoxia total es de 4 min: pasado este lapso el daño es irreversible.
Períodos más cortos de anoxia determinan la puesta
en marcha de mecanismos compensatorios cuya eficacia depende de
la rapidez de instalación de la hipoxia. Los primeros efectos
de una hipoxia leve o moderada pueden pasar inadvertidos, si no
se buscan específicamente: disminución de la capacidad
de concentración y para cálculos matemáticos,
incoordinación motora, ansiedad, cambios de personalidad,
etc. Con mayor intensidad o duración de la hipoxia aparecen
confusión, convulsiones, estupor y coma.
La reversibilidad del daño depende críticamente
de la duración y grado de la hipoxia, por lo cual la
sola sospecha de su presencia basta para iniciar la oxigenoterapia,
dejando para una segunda fase, el estudio etiológico. |
Efectos metabólicos. Si el oxígeno no es entregado
al interior de las células en cantidades adecuadas para las
necesidades de producción de energía, la célula
usa vías anaeróbicas de mucho menor eficiencia, cuyo
metabolito terminal es el ácido láctico, cuya medición
en la sangre sirve para evaluar la intensidad de la hipoxia. Sin
embargo, hay que tener presente que el aumento de la concentración
de lactato en la sangre arterial no es un índice específico
de hipoxia tisular, ya la producción de lactato también
aumenta en otras condiciones.
Si la PaO2 se mantiene sobre
45 mmHg, no se observa aumento del lactato en reposo. En enfermos
con PaO2 crónicamente
bajo 40 mmHg, es frecuente observar la aparición de acidosis
láctica que se corrige al administrar oxígeno.
Efecto hematopoyético. Otra respuesta del organismo ante la hipoxia
es el aumento del volumen total de glóbulos rojos por un
aumento en la producción de eritropoyetina, principalmente
por el riñón. Este aumento de la capacidad de transporte
de oxígeno tiene un efecto compensador, ya que si bien cada
glóbulo rojo lleva menos oxígeno que lo normal, el
aumento en el número de glóbulos rojos aminora el
déficit de transporte global de la sangre. La respuesta eritropoyética
puede faltar en pacientes con carencia de hierro, infecciones crónicas
importantes y por causas desconocidas. La correlación entre
el grado de hipoxemia y la respuesta hematopoyética no aparece
muy estrecha si esta última se evalúa a través
del hematocrito o el recuento de glóbulos rojos. La relación
es, en cambio, directa cuando se mide la masa globular total. Esto
se debe a que en el hematocrito y recuento eritrocitario influyen
los cambios de la cantidad de plasma que dependen de factores renales
y circulatorios agregados.
La hipoxemia es una alteración que daña todo
el organismo, con alto riesgo de muerte. La conducta mas adecuada
en clínica es la sospecha sistemática en todas
las condiciones que puedan presentarla con administración
precoz de oxigeno y rápida investigación de
sus mecanismos causales para completar el tratamiento |
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