La silicosis es la más frecuente de las neumoconiosis
en nuestro país (95%) y constituye una causa importante de
incapacidad permanente. No existen datos actuales de prevalencia
global en el país y la información registrada por
lugar de trabajo varía de acuerdo a las condiciones ambientales
locales. En los últimos 40 años la situación
ha mejorado notoriamente ya que existe un mayor control del ambiente
laboral en la gran minería.
Etiología
Se produce por inhalación de polvo de
bióxido de sílice (SiO2), que es el principal
constituyente de la corteza terrestre (tierra, arena, rocas, cuarzo,
etc.). Su acción sobre el organismo depende de las siguientes
variables:
-
Tamaño de las partículas
en suspensión. Las más activas son aquellas
que tienen entre 1 y 5 micrones de diámetro. Las mayores
se atrapan en las vías aéreas superiores y las
menores pasan a la sangre o se vuelven a espirar.
-
Concentración de partículas
en el aire ambiente. Este factor es directamente proporcional
a la generación de partículas en las labores e
inversamente proporcional a la ventilación del lugar
de trabajo.
-
Tiempo de exposición. El tiempo
como factor de riesgo de enfermedad depende de los factores
anteriores y de la calidad fisicoquímica del material
inhalado. Puede variar desde 3 meses en molinos de cuarzo a
más de 30 años en picapedreros.
-
Factores individuales. Existe una
clara diferencia de reacción entre individuos ante el
mismo grado de contaminación ambiental. Esto dependería
del estado de los mecanismos defensivos de las vías aéreas
superiores y de factores inmunológicos y genéticos.
En la Tabla 42-1 se anotan las principales ocupaciones con riesgo
silicótico, que pueden sistematizarse en tres tipos básicos:
- Excavaciones mal ventiladas en la corteza terrestre: minas,
túneles.
- Manipulación de cuarzo y otros materiales silíceos
en polvo: fabricación de vidrios, loza, jabones abrasivos,
ladrillos refractarios, moldeado de fundiciones, etcétera.
- Molienda o pulverización de materiales silíceos:
molinos, pulido con chorro de arena, remoción de revestimientos
refractarios en hornos, esmerilado, etcétera.
Patogenia
Las barreras defensivas del aparato respiratorio
son capaces de eliminar las partículas de sílice en
las cantidades que corrientemente se inhalan en el ambiente general.
Cuando la carga es demasiado grande, muchas partículas llegan
a los alvéolos donde son fagocitadas por los macrófagos,
algunos de los cuales se introducen al intersticio. Por mecanismos
sólo parcialmente precisados, se inicia un proceso reactivo
inflamatorio con un componente inmunológico dirigido contra
las proteínas del pulmón desnaturalizadas por la sílice.
Este último explicaría, en parte, por qué no
todos los pacientes con igual exposición desarrollan el mismo
grado de reacción.
Alrededor de los cristales de sílice
se forman granulomas fibrosantes que confluyen formando nodulillos,
que se hacen visibles en la radiografía al llegar a 2 mm
de diámetro (fibrosis nodular). Si continúa la exposición,
los nódulos siguen creciendo y por coalescencia llegan a
formar grandes masas fibróticas (fibrosis masiva). Los ganglios
regionales también se comprometen y con alguna frecuencia
se calcifican en su periferia, dando a rayos el aspecto de "cáscara
de huevo". A estas lesiones específicas se agregan grados
variables de hipertrofia de las glándulas mucosas (bronquitis
crónica) y daño bronquiolar obstructivo y enfisema,
en cuyo desarrollo pesarían el hábito tabáquico
concomitante y otros factores irritantes del ambiente laboral.
Presentación clínica
La silicosis puede ser nula o escasamente sintomática,
aun en fases moderadamente avanzadas. Los síntomas dependen
importantemente del grado de daño bronquial y enfisema que
se agreguen, . Son corrientes la tos y expectoración mucosa
o mucopurulenta y es frecuente la disnea de esfuerzo progresiva.
El paciente puede magnificarla por tratarse de una enfermedad sujeta
a indemnización u ocultarla cuando no desea verse obligado
a abandonar su trabajo.
El examen físico generalmente es negativo
en cuanto a la silicosis en sí misma. Pueden constatarse
signos del compromiso bronquial y enfisema concomitantes.
La radiografía de tórax es fundamental
para el diagnóstico, ya que sus imágenes pueden ser
fuertemente sugerentes, por lo cual, en conjunción con los
antecedentes laborales, constituyen la base del diagnóstico
clínico. Las primeras manifestaciones radiográficas
son nodulillos de 1-2 mm de diámetro, más abundantes
en las zonas medias. La progresión se evidencia por aumento
de su número y tamaño, así como por la formación
de masas irregulares por confluencia. Pueden agregarse elementos
inespecíficos de peribronquitis y enfisema. La TBC es una
complicación de alta frecuencia, que puede aparecer como
una confluencia más, que llama la atención por su
rápida progresión o por desarrollar excavaciones.
La tomografía axial computada permite precisar los datos
morfológicos ya mencionados en los casos en que la
radiografía no sea bien clara.
Muy ocasionalmente, la etapa nodular es inaparente,
siendo el primer hallazgo una masa fibrótica aislada con
aspecto tumoral, llamado silicoma, el que, por falta de una buena
encuesta laboral, puede ser rotulado con el diagnóstico erróneo
de cáncer.
Hasta hace unos años la clasificación
radiológica chilena para efectos de indemnización
distinguía una primera fase o nodular inicial (FNI), una
segunda o nodular marcada (FNM) y una tercera o confluente (FNC),
que es conveniente conocer porque es el dato que aún manejan
muchos pacientes. Actualmente, se sigue la nomenclatura descriptiva
más compleja, de la Organización Internacional del
Trabajo, que es de resorte del especialista en medicina ocupacional.
El estudio funcional puede ser normal en las
fases nodulares, en las que hay gran cantidad de parénquima
respetado. Con la confluencia aparecen trastornos de tipo restrictivo.
Sin embargo, las alteraciones más frecuentes y más
incapacitantes son las obstructivas, derivadas del daño bronquiolar
y del enfisema.
La legislación chilena indemniza la
pérdida de capacidad de ganancia, basada en la etapa radiográfica,
complementada con una valoración de la incapacidad funcional.
Evolución y complicaciones
El ritmo de progresión de la silicosis
es variable, siendo más rápida mientras más
intensa haya sido la exposición. Se puede observar progresión
fuera de riesgo en casos en que se retiran tardíamente en
fases más avanzadas, lo que hace importante el diagnóstico
precoz. La muerte se produce por insuficiencia respiratoria, corazón
pulmonar o sobreinfección tuberculosa. Ésta es especialmente
frecuente en la silicosis de desarrollo rápido, propia de
la exposición masiva. Lo característico es su rebeldía
a tratamiento, lo que sugiere que el terreno alterado de estos pacientes
en alguna forma protege al bacilo de Koch. Debe sospecharse la tuberculización
ante sombras pulmonares con un crecimiento más rápido
que el resto y buscarse su confirmación a través del
estudio bacteriológico de expectoración. La eliminación
de bacilos es generalmente escasa, necesitándose numerosas
baciloscopías y cultivos para encontrarlo. Por su gravedad,
puede recurrirse al uso de 300 mg diarios de HIN, como quimioprofilaxis,
en los casos de mayor riesgo, ya sea por contactos TBC o por presentar
silicosis de desarrollo rápido.
Profilaxis
El saneamiento ambiental es la forma más
racional de evitar el problema, pero por su costo su aplicación
suele ser parcial e imperfecta en empresas pequeñas. La protección
individual con mascarilla resulta práctica sólo en
exposiciones cortas, ya que su uso prolongado es mal tolerado.
Tratamiento
La silicosis en sí misma es irreversible
y no tiene tratamiento, pero sí lo tiene el paciente silicótico,
cuya calidad de vida puede mejorar considerablemente con el tratamiento
adecuado de su LCFA concomitante.
Para los aspectos legales
como cambio de faena e indemnizaciones el paciente debe ser remitido
a
ASBESTOSIS
El asbesto es una mezcla de silicatos de calcio,
fierro y magnesio que tiene la particularidad de ser el único
mineral fibroso. Por ser resistente al calor y reactivos químicos,
tiene un amplio uso industrial en tejidos incombustibles, aislamiento
térmico, productos de asbesto-cemento, balatas para frenos,
etcétera.
Las fibras inhaladas se depositan en el alvéolo
y son envueltas en un material proteico, constituyendo los cuerpos
de asbesto. Éstos usualmente tienen el aspecto de un fósforo
con dos cabezas y representarían una tentativa del organismo
de neutralizar el material inhalado. Parte de estas fibras se eliminan
en la expectoración y otras penetran al intersticio, iniciando
una reacción inflamatoria fibrosante que con alta frecuencia
compromete la pleura en forma de placas de paquipleuritis localizadas.
La enfermedad se manifiesta por tos con o sin
expectoración y disnea de esfuerzo progresiva. Las alteraciones
funcionales suelen preceder a las radiográficas y consisten
en reducción de la capacidad vital y disminución de
la capacidad de difusión.
La radiografía de tórax se altera
tardíamente, produciendo un aumento reticular de la trama,
zonas con aspecto de vidrio esmerilado y borramiento de bordes cardíacos.
Un índice muy específico de exposición son
las placas pleurales, que se ven como engrosamientos localizados
de la pleura parietal, que suelen calcificarse. La TAC es más
sensible y está indicada en casos dudosos.
La presencia de cuerpos de asbesto en la expectoración
sólo indica exposición al riesgo. La base del diagnóstico
está en los antecedentes ocupacionales junto a las alteraciones
funcionales descritas y una radiografía o TAC compatible.
La asbestosis tiene una evolución lenta
a la insuficiencia respiratoria. El cáncer bronquial complica
con frecuencia esta afección, sobre todo si existe la concomitancia
con tabaquismo. Especial importancia tiene su asociación
con el mesotelioma pleural, que se observa no sólo en los
obreros expuestos, sino que en el vecindario de las industrias con
alta contaminación ambiental, como son los grandes astilleros,
donde se emplea asbesto molido como aislante. La medida más
importante es la profilaxis del riesgo, ya que el tratamiento es
solamente sintomático.
NEUMOCONIOSIS BENIGNAS
La inhalación de algunos polvos inertes
de alto peso molecular, que no no inducen reacción inflamatoria.
se pueden depositar en el intersticio pulmonar y producir nodulación
visible a rayos. En Chile se observan casos de siderosis por óxidos
de fierro (soldadores al arco, fundiciones) y estañosis por
óxido de estaño (fundiciones). Carecen de repercusión
funcional, pero deben tenerse presentes en el diagnóstico
diferencial de la enfermedades difusas del pulmón, especialmente
la tuberculosis miliar.
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