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El síndrome de apnea e hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS) es
una enfermedad frecuente que afecta al 4% de la población
adulta. Su síntoma cardinal es la somnolencia diurna excesiva
que, junto a la alteración del ánimo y a un deterioro
cognitivo, producen un deterioro progresivo de la calidad de vida
de los pacientes. Además, se asocia a mayor riesgo de hipertensión
arterial, morbimortalidad cardiovascular y de accidentes laborales
y del tránsito. Esta entidad es significativamente subdiagnosticada
y es responsabilidad médica mejorar su detección
para su adecuado tratamiento.
El SAHOS se caracteriza por episodios recurrentes de colapsos parciales o totales
de la vía aérea superior durante el sueño,
con hipoventilación alveolar a pesar de que persisten los
esfuerzos ventilatorios tóraco-abdominales. La caída
de la saturación arterial de oxígeno que se produce
conduce a un microdespertar que reanuda la respiración.
Convencionalmente las apneas se definen como el cese del flujo aéreo durante
más de 10 segundos. Si el flujo disminuye entre el 10 y
50% del valor basal asociado a una reacción de microdespertar
o caída de la saturación de oxígeno, se denomina
hipopnea. Las apneas se clasifican de acuerdo a la presencia del
estímulo central y se dividen en:
- apnea central: ausencia de movimientos ventilatorios producto de la
abolición de la actividad del centro respiratorio.
- apnea obstructiva: cese del flujo por oclusión de la vía
aérea, persistiendo el esfuerzo ventilatorio.
- apnea mixta: comienza como una apnea central, seguida de un componente
obstructivo.
Los microdespertares inducen disrupción y alteración
de la arquitectura del sueño, lo que explica los síntomas
diurnos de los pacientes. El diagnóstico de apneas del sueño
se sospecha por la historia de ronquido intenso, somnolencia diurna
excesiva (SDE) y apneas presenciadas. La confirmación se
realiza a través de un estudio de polisomnografía
(PSG) o poligrafía respiratoria (PR) durante el sueño.
Prevalencia
Los estudios epidemiológicos han demostrado la presencia de algunas apneas
durante el sueño en un 15 al 20% la población
normal. Son más frecuentes a medida que se avanza en
edad y predominan en el sexo masculino. La situación
se designa como síndrome de apnea del sueño si
se presenan síntomas, principalmente SDE, asociados a
un índice elevado de apneas o hipopneas que convencionalmente
se ha fijado en 5 a 10 eventos por hora. La presencia de un
índice elevado en forma aislada en ausencia de síntomas,
no corresponde a un SAHOS. La prevalencia de SAHOS es de 2-4%
en hombres y 1-2% en mujeres.
Fisiopatología
La patogenia es multifactorial y compleja. Normalmente durante la inspiración
se produce en la faringe una presión subatmosférica
que tiende a colapsar las paredes del conducto, fenómeno
que es contrarrestado por el tono normal y contracción
inspiratoria de los músculos dilatadores de la faringe.
El inicio del sueño se acompaña de una disminución
moderada del tono de los músculos dilatadores, por lo
que se estrecha la faringe sin llegar a constituir un obstáculo
significativo para el flujo aéreo.
Si la colapsabilidad de la faringe está aumentada o la presión
intraluminal es muy negativa se produce el colapso del conducto
con hipopnea o apnea. Varios son los factores que han sido implicados
en esta mayor colapsabilidad de la vía aérea superior
(Tabla 57-1).
Tabla
57-1.
FACTORES IMPLICADOS EN LA COLAPSABILIDAD DE LA VÍA
AÉREA SUPERIOR |
1.- Factores anatómicos que determinan una cavidad
faríngea estrecha: hipertrofia amigdaliana, micrognatia,
macroglosia y, con mayor frecuencia, la obesidad por depósito
de grasa en la zona retrofaríngea.
2.- Mayor "distensibilidad" o flacidez de los tejidos
faríngeos.
3.- Aumento de la resistencia al flujo aéreo a
nivel de la zona nasal, que genera un aumento de la presión
subatmosférica en la faringe durante la inspiración.
4.- Disminución de la fuerza de los músculos
dilatadores de la faringe: hipotiroidismo, distrofias
musculares, uso de relajantes musculares o benzodiazepinas.
5.- Alteración cualitativa de los músculos
faríngeos.
6.- Descoordinación de la contracción de
los músculos dilatadores de la faringe que debe
anteceder a la generación de presión negativa
inspiratoria por contracción del diafragma
|
Estos factores, en sus etapas iniciales, conducen al ronquido, que consiste en
oscilaciones de alta intensidad del paladar blando, paredes
de la faringe, epiglotis y lengua. El ronquido puede representar
una condición intermedia entre la normalidad y el SAHOS,
en la cual el calibre faríngeo y la colapsabilidad son
anormales pero no llegan a causar cierre de la vía aérea.
No obstante, debe ser considerado como un marcador clínico
para identificar a pacientes en riesgo de SAHOS o con formas
poco sintomáticas.
En individuos obesos se observa SAHOS con mayor frecuencia que en el resto de
la población, lo que se ha atribuido a una disminución
del calibre faríngeo por depósitos de grasa bajo
la mucosa. Esta alteración ha sido demostrada con resonancia
magnética y tomografía axial computarizada y su
efecto se corrobora por el hecho de que las apneas disminuyen
o desaparecen cuando estos pacientes bajan de peso. Las hipertrofias
amigdaliana y adenoidea también son causas frecuentes
de apneas del sueño en niños.
Cualquiera sea el origen de las apneas, la caída de la SaO2,
el aumento de la presión parcial de CO2, los
estímulos faríngeos y el aumento de la presión
negativa intrapleural por los esfuerzos inspiratorios inducen
un semidespertar que aumenta la tonicidad muscular, abre la
vía aérea y se reanuda la ventilación
Características clínicas
El SAHOS puede ocurrir a cualquier edad, aunque el grupo etario más afectado
es entre los 30 a 60 años. Es el doble más frecuente
en hombres, pero la incidencia en la mujer en períodos
post menopáusicos aumenta significativamente, llegando
a igualar a la de los hombres. Son frecuentemente sujetos obesos,
pero debemos estar atentos en pacientes eutróficos con
síntomas sugerentes. El ronquido habitual intenso e interrumpido
por los eventos de apnea es mejor entregado por la cónyuge,
pudiendo ser grabado para objetivarlo.
La SDE es un síntoma cardinal del SAHOS y constituye uno de los pilares
cuando se decide el inicio del tratamiento. Como síntoma
único presenta sensibilidad y especificidad bajas, cercanas
al 60%. Para detectar la SDE debe preguntarse al paciente si
le cuesta trabajo mantenerse despierto en las circunstancias
propuestas por Epworth, anotadas en la Tabla 2, que también
permite evaluar el trastorno mediante un puntaje. Las personas
normales no sobrepasan los 6 puntos y sobre 10 la somnolencia
se califica como patológica.
Tabla
57-2 EVALUACIÓN DE SOMNOLENCIA (EPWORTH) |
¿Con qué frecuencia está
soñoliento o se queda dormido en cada una de
las siguientes
situaciones? Puntuación : nunca 0, baja frecuencia
1, moderada frecuencia 2, alta frecuencia 3
|
SITUACION
|
PUNTAJE |
1.-Sentado y leyendo. |
0 |
1 |
2 |
3 |
2.-Viendo televisión. |
0 |
1 |
2 |
3 |
3.-Sentado en un lugar público (cine o reunión). |
0 |
1 |
2 |
3 |
4.-Viajando como pasajero en un auto durante 1 hora. |
0 |
1 |
2 |
3 |
5.-Descansando en la tarde cuando las circunstancias lo
permiten. |
0 |
1 |
2 |
3 |
6.-Sentado y conversando con alguien. |
0 |
1 |
2 |
3 |
7.-Sentado en un ambiente tranquilo después de
almuerzo (sin alcohol) |
0 |
1 |
2 |
3 |
8.-En un auto, mientras se encuentra detenido por algunos
minutos en el tráfico. |
0 |
1 |
2 |
3 |
Debemos recalcar que la somnolencia se presenta durante situaciones monótonas,
poco atractivas o que requieren menor atención, pudiéndose
desenvolverse estas personas de muy buena forma en situaciones
de alta desempeño, exigencia y responsabilidad. Las apneas
sólo pueden ser dadas a conocer por alguien que presencie
este evento; aunque en ocasiones el paciente puede relatar episodios
de sofocación nocturna que orientan a este problema.
El síntoma con mayor valor diagnóstico lo constituyen las apneas
presenciadas. Del examen físico el hallazgo que mejor
predice la presencia de SAHOS es la circunferencia cervical
(CC) (> 43 cm en hombre (talla 17 de camisa) y 40 en mujeres.
Otros síntomas se señalan la Tabla 57-3.
Tabla
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS DEL SAHOS |
Somnolencia diurna excesiva
Sueño no reparador
Boca seca
Cefalea matinal
Disminución de la capacidad de concentración
Déficit de memoria
Trastorno del ánimo
Irritabilidad
Depresión
Impotencia
Inquietud psicomotora nocturna
Insomnio
Fatiga
Reflujo gastroesofágico
|
Consecuencias clínicas
Aparte de los síntomas y signos específicos las apneas tienen una
serie de efectos secundarios que por su importancia deben ser
metódicamente investigados. Son consecuencia de las caídas
de la Sat.O2 con de-oxigenación y reoxigenación
de los tejidos, microdespertares, aumento de la PaCO2,
cambios de la presión intratorácica que conducen
a activación del sistema adrenérgico, mecanismos
pro inflamatorios y procoagulación, disfunción
endotelial, estrés oxidativo vascular, y desregulación
metabólica. Las manifestaciones clínicas se pueden
dividir en:
1.-Consecuencias psiconeurológicas. La fragmentación
y alteración de la arquitectura del sueño, con
aumento de las etapas superficiales del sueño no REM,
en desmedro de las etapas profundas y el sueño REM, afectan
al sistema nervioso, lo que se manifiesta por síntomas
que se desarrollan lenta y progresivamente a lo largo de los
años, explicando que la consulta sea tardía en
la mayoría de los casos. Las caídas repetidas
de la oxigenación causan depresión de las funciones
neuropsicológicas, con disminución de la memoria,
atención y coordinación visual-motora. Este último
factor contribuye a la mayor frecuencia de accidentes automovilísticos
y laborales observada en estos pacientes. Además se describe
elevación de la presión intracraneana relacionada
con las apneas, que se relaciona con cefalea matinal. La depresión
presente en el 40% de los pacientes con SAHOS, no ha sido bien
aclarada y, probablemente de causa multifactorial no. La impotencia
también se observa en hasta el 60% de los pacientes con
enfermedad grave.
2.-Consecuencias cardiovasculares. Tienen importancia por su impacto
en la mayor morbimortalidad, especialmente por la relación
que existe con hipertensión arterial (HTA), arritmias,
eventos coronarios y accidentes cerebrovasculares (ACV). Hoy
es clara la asociación de causalidad entre HTA y SAHOS,
existiendo una relación entre la intensidad del SAOS
y la magnitud de la hipertensión independientemente de
otros factores como la obesidad concomitante, edad, sexo, consumo
de café, etc. Se observa frecuentemente nicturia por
estimulación de los pépticos natriuréticos
atriales producto de los cambios de presión intratorácica
e hipoxemia ocurridos durante los episodios de apnea. También
se ha observado una mayor prevalencia de accidentes vasculares
cerebrales pero la relación de causalidad es más
débil. Los sujetos que presentan sólo ronquido
intenso tienen mayor riesgo de HTA, enfermedad coronaria y ACV
en estudios observacionales.
Diagnostico
Para plantearse el diagnóstico de SAHOS se requiere mantener un alto grado
de sospecha y realizar un interrogatorio dirigido. Las alternativas
que se plantean en el diagnóstico diferencial están
detalladas en la Tabla 57-4, agrupadas según el motivo
de consulta.
TABLA
57-4.
MOTIVOS DE CONSULTA ANTE LOS CUALES DEBE PLANTEARSE DIAGNÓSTICO
DIFERENCIAL DEL SAHOS |
- Somnolencia diurna excesiva
- Privación crónica de sueño
- Depresión
- Síndrome de piernas inquietas
- Narcolepsia
- Somnolencia idiopática
- Trastorno del ciclo circadiano
- Obesidad
- Ronquido
- Ronquido primario
- Ronquido asociado a SAHOS
- Episodios de sofocación nocturna
- Disnea de causa respiratoria (asma, EPOC)
- Disnea de causa cardiogénica (EPA)
- Reflujo gastroesofagico
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Salvo los casos obvios puede observarse que el diagnóstico diferencial
es muy complejo, por lo cual entra en el área de especialistas.
Hecho el diagnóstico clínico debe pasarse al estudio instrumental
que nos permita descartar o confirmar nuestra hipótesis
y evaluar la gravedad de la enfermedad, esencial para la decisión
terapéutica. La severidad del SAHOS es evaluada a través
del número de apneas e hipopneas por hora de sueño.
Aunque es motivo de controversia, convencionalmente se acepta
el diagnóstico de SAHOS con un IA/H mayor de 5 eventos
por hora. El método diagnóstico de elección
es la polisomnografía (PSG) en la cual una serie de
sensores monitoriza el sueño durante todo la noche
en una clínica de sueño con la atenta vigilancia
de personal entrenado que evalúa en cada momento que
el registro sea óptimo. El examen incluye el registro
de variables neurofisiológicas que nos permite conocer
claramente la arquitectura y etapas del sueño, evaluar
los microdespertares e inscribir las variables ventilatorias
que hacen posible la identificación de apneas e hipopneas
y el cálculo el número de eventos respiratorios
por hora de sueño, la caída de la saturación
de oxígeno y el tiempo que permanece con saturaciones
de oxigeno bajo 90 %. Además es posible evaluar los
eventos respiratorios en distintas posiciones, presencia de
arritmias y movimiento de extremidades inferiores etc.
Debido a que este examen requiere un alto nivel técnico en su implementación,
ejecución y lectura su costo es alto, lo que limita
su aplicación en sujetos posiblemente enfermos. Por
ello se han desarrollado métodos abreviados o simplificados
que permiten obtener suficiente información diagnóstica
a través de la monitorización de las variables
respiratorias. Estos sistemas abreviados, conocidos como poligrafía
respiratoria (PR) permiten confirmar el diagnóstico
en sujetos con alta sospecha clínica, con una sensibilidad
de alrededor del 86% y una especificidad de 64% de las de
la PSG. La sola oximetría de pulso nocturna tiene una
alta variabilidad dependiente de la metodología utilizada
para el análisis de la curva de SatO2, por
lo que no se recomienda su utilización como método
diagnóstico.
Tratamiento
1.-Tratamiento médico del SAHOS
Las recomendaciones generales que se exponen a continuación son útiles
en todos los pacientes con SAHOS y pueden ser suficientes en
casos leves.
- Control del peso. La obesidad es el principal factor de riesgo constitucional
en el SAHOS. Debe corregirse en todo paciente con sobrepeso
al cual se le diagnostique SAHOS, ya que existe una relación
entre la reducción de peso y la disminución
de los eventos respiratorios, ronquidos, mejoría de
la arquitectura del sueño y disminución de la
hipersomnia diurna.
- Posición corporal. En aquellos pacientes con ronquidos o apneas predominantemente
en el decúbito dorsal, está indicadas almohadas
especiales que mantienen el decúbito lateral o fijando
una pelota de tenis en la parte posterior de una camiseta
a nivel interescapular, lo que dificulta la posición
de espalda.
- Tratamiento de congestión nasal.- La rinitis o congestión nasal
debe tratarse adecuadamente para evitar que la presión
intra-faríngea sea excesivamente negativa por el aumento
de resistencia a la entrada de aire en la inspiración.
- Tratamiento farmacológico.- El tratamiento farmacológico no ha
demostrado eficacia. En situaciones específicas como
el SAHOS asociado a hipotiroidismo puede intentarse tratamiento
con tiroxina. La acetazolamida puede ser eficaz en apneas
centrales y respiración periódica, pero puede
empeorar los fenómenos obstructivos. El uso de O2
puede prolongar los episodios de apnea, retardando los despertares
inducidos por la hipoxemia. Debe evitarse drogas depresoras
del sistema nervioso central como benzodiazepinas, hipnóticos,
relajantes musculares, barbitúricos, narcóticos
y alcohol, ya que acentúan los ronquidos y las apneas.
2.- Tratamiento con CPAP
La aplicación de presión positiva continua en la vía aérea
(CPAP según sigla en inglés) por vía nasal
es el tratamiento de elección para los pacientes con
SAHOS. Tiene indicación en aquellos pacientes con enfermedad
grave (apneas/hora > 30) y en algunos pacientes con enfermedad
leve a moderada que no respondan favorablemente a tratamiento
médico o cuyas comorbilidades cardiovasculares hagan
imperioso el tratamiento inmediato. Estos equipos actúan
manteniendo una presión positiva a nivel faríngeo
con lo que se impide el colapso y cierre de la vía aérea
superior. La CPAP han demostrado ser útil en disminuir
el grado de somnolencia, mejorar la calidad de vida, disminuir
el riesgo de accidentes de tránsito y laborales. Además,
disminuye la mayor morbimortalidad cardiovascular. La presión
adecuada para mantener una vía aérea permeable
y corregir los eventos respiratorios debe determinarse para
cada paciente bajo control instrumental. Algunos equipos de
CPAP autoajustable se han mostrado útiles para determinar
de manera no supervisada el nivel óptimo de CPAP, pero
son de mayor costo.
Cerca del 80% de los pacientes toleran bien el uso de CPAP, pero la adherencia
es de solo un 60 % al año de seguimiento, siendo mejor
en aquellos pacientes de mayor edad, mas graves o mas somnolientos,
con hipertensión arterial o depresión. Se observa
mayor adherencia cuando el médico tratante se dedica
trastornos respiratorios del sueño, ya que el manejo
adecuado de los equipos y de sus molestias y efectos colaterales
es indispensable.
3.- Dispositivos orales
Los dispositivos orales producen cambios en la morfología y función
de la vía aérea superior actuando mediante el
avance mandibular, retención de la lengua, o aumentando
el área de la hipo y orofaringe. Estos dispositivos han
mostrado beneficios en el tratamiento de los ronquidos y de
los pacientes con SAHOS leve a moderado. En el SAHOS grave la
evidencia no recomienda su uso. Presentan ventajas en cuanto
a simplicidad y carácter no invasivo, pero las complicaciones
como dolor en la articulación témporo-mandibular,
mialgias, sialorrea o sequedad bucal, o lesiones bucales, han
limitado su uso.
4.- Tratamiento quirúrgico. Si bien algunos pacientes
con SAHOS tienen anormalidades estructurales de la vía
aérea superior que convierten este síndrome en
potencialmente quirúrgico, los resultados de cualquier
modalidad quirúrgica son claramente inferiores al CPAP.
Por lo tanto, los candidatos a cirugía deben ser evaluados
paciente a paciente por médicos especialistas.
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