CAPITULO 60

VENTILACION MECANICA

 
     
     
     
     

 

 
 

Aun cuando la mayor parte de los enfermos con insuficiencia respiratoria pueden manejarse conservadoramente, algunos pacientes no responden a este tipo de tratamiento y deben conectarse a máquinas diseñadas para mantener la ventilación alveolar y la oxigenación tisular dentro de los límites compatibles con la vida. La ventilación mecánica (VM) se indica en pacientes que tienen un trastorno grave, pero potencialmente reversible, de la función respiratoria. En ellos, la VM proporciona el tiempo necesario para que otras medidas terapéuticas o el curso de la enfermedad permitan recuperar la función respiratoria. Dado que el manejo de los respiradores corresponde a médicos y personal especializado y entrenado, no tiene objeto interiorizarse en aspectos técnicos, pero es conveniente que conozca sus indicaciones, riesgos y limitaciones de la ventilación mecánica, para poder abordar y discutir con los intensivistas la decisión de ingresar o no a su paciente a una unidad de tratamiento intensivo.

OBJETIVOS E INDICACIONES

Los principales objetivos de la VM son:

• mejorar el intercambio gaseoso de O2 y CO2.

• disminuir el trabajo respiratorio, con lo cual disminuye el costo de oxígeno de la ventilación y se alivia la fatiga respiratoria, si ella está presente.
• dar tiempo para la recuperación de la enfermedad causante de la insuficiencia respiratoria.

Existen diversos tipos de enfermos en los que se indica la VM.

Pacientes con alteraciones neuromusculares. Estos enfermos suelen tener su pulmón normal, aun cuando éste puede alterarse secundariamente por complicaciones como atelectasias, neumonías o aspiración de alimentos. El propósito de la ventilación mecánica en estos casos es mantener una ventilación alveolar normal. Debido a que el problema básico es el funcionamiento anormal del fuelle toracopulmonar, la indicación de la VM se basa en parámetros que miden este aspecto. Generalmente se aceptan las siguientes cifras para decidir la conexión:

• Capacidad vital menor de 15 ml/kg.
• PIM bajo 20 cmH2O
• Frecuencia respiratoria sobre 35/min..

La hipercapnia es indicación absoluta de ventilación mecánica, pero es un fenómeno muy tardío por lo que de ninguna manera debe esperarse su aparición para tomar la decisión de ventilar mecánicamente, pues el paciente puede fallecer a los pocos minutos de instalada la insuficiencia respiratoria global.

Pacientes con descompensación de una insuficiencia respiratoria crónica. Los objetivos de la VM en este grupo de pacientes son:

• Llevar la PaO2 a valores sobre 60 mmHg.
• Corregir gradualmente la hipercapnia evitando así una elevación brusca del pH.
• Permitir un descanso de la musculatura inspiratoria fatigada, si tal es el caso, lo que puede lograrse en plazos de 24-48 horas.

La hipercarbia en sí misma, si no está condicionando una acidosis respiratoria, no es indicación de ventilación mecánica en estos enfermos, ya que suelen presentar retención de CO2 aún en sus mejores condiciones. Las indicaciones más corrientes son la presencia de hipoxemia grave, generalmente asociada con acidemia, que no puede corregirse con oxigenoterapia, y la aparición de signos de fatiga muscular inspiratoria. Contribuyen a tomar esta decisión la presencia concomitante de inestabilidad hemodinámica, arritmias graves o compromiso progresivo del sensorio.

Pacientes con extensa ocupación y/o colapso de espacios alveolares. En estos enfermos, los problemas son la hipoxemia refractaria a la oxigenoterapia y el excesivo esfuerzo respiratorio por la rigidez pulmonar con demanda ventilatoria aumentada. Por lo tanto, las indicaciones de VM se basan en el grado de alteración del intercambio gaseoso y en la magnitud del trabajo respiratorio. La indicación habitualmente aceptada es la imposibilidad de mantener una PaO2 > 60 mmHg con una FIO2 de 50%. La presencia de taquipnea sobre 35 rpm, el uso marcado de los músculos inspiratorios auxiliares y el reclutamiento espiratorio de los músculos abdominales son evidencias clínicas de un elevado trabajo respiratorio con riesgo de fatiga muscular inspiratoria. Por lo tanto, si no existe la expectativa de disminuir a corto plazo este trabajo excesivo, estos signos clínicos son también indicación de VM. Lo mismo puede decirse de una CV inferior a 15 ml/kg y una PIM menor de 20 cmH2O, aunque habitualmente estas mediciones son imposibles de realizar en forma adecuada por la marcada disnea.

El propósito de la VM en estas circunstancias es reabrir las zonas no ventiladas o pobremente ventiladas, mediante la distensión global del pulmón con la presión positiva del ventilador. Para ello es especialmente útil el uso de presión positiva al final de la espiración (PEEP, positive end expiratory pressure).

Pacientes con asma bronquial grave. El problema principal de estos enfermos es el aumento extremo del trabajo respiratorio determinado por la broncoconstricción, que puede conducir a la fatiga muscular inspiratoria. La indicación de VM debe plantearse cuando la evolución es hacia una agravación progresiva pese a la terapia adecuada. La mantención de una taquipnea sobre 35 rpm con uso de músculos accesorios de la inspiración; el paso de la hipocapnia usual del asma a una normocapnia como preludio de una hipercapnia progresiva, acidosis metabólica, compromiso hemodinámico y, evidentemente, la aparición de signos de fatiga muscular, son indicaciones razonables de ventilación mecánica en este grupo de enfermos. Los propósitos de la ventilación mecánica en este caso son corregir la hipoxemia, lograr la mejor ventilación alveolar posible y permitir el descanso de la musculatura inspiratoria.

Pacientes con colapso cardiocirculatorio. Son pacientes en paro cardiorrespiratorio o shock grave de variadas etiologías. En estos últimos, el paro respiratorio por fatiga muscular inspiratoria, debida al déficit de aporte de oxígeno por vía circulatoria, puede preceder al paro cardíaco y precipitarlo por hipoxemia grave. En estos enfermos el trabajo muscular respiratorio puede consumir una alta proporción del O2 disponible, especialmente si existen alteraciones mecánicas del pulmón, dejando escasa cantidad de O2 para otros órganos vitales como corazón y cerebro. Por esta razón, debe vigilarse cuidadosamente la aparición de signos precoces de fatiga muscular inspiratoria y conectar a VM apenas éstos se presenten.

Pacientes con insuficiencia ventilatoria no recuperable. En este grupo de pacientes se incluyen aquellos que luego de un episodio de insuficiencia respiratoria aguda no vuelven a reasumir la ventilación espontánea, los pacientes con enfermedades restrictivas crónicas por defectos de la caja torácica y los pacientes con enfermedades obstructivas crónicas. En estos dos últimos grupos de pacientes se emplean modalidades no invasivas de ventilación mecánica que veremos más adelante.

Enfermos en post-operatorio. Se usa la VM mientras el enfermo se recupera de los efectos anestésicos.

Enfermos con edema cerebral. La VM se utiliza para hiperventilar al paciente y así producir hipocapnia que contrae los vasos cerebrales. y así disminuye la hipertensión endocraneana.

VENTILACION MECANICA INVASIVA Y NO INVASIVA

La ventilación mecánica más corriente es la invasiva, en la cual se conecta el respirador al paciente a través de un tubo endotraqueal o de una traqueostomía. Cuando la VM se aplica sin emplear una vía aérea artificial, se habla de ventilación mecánica no invasiva (VMNI). La VMNI ha demostrado claramente su utilidad durante las descompensaciones de los pacientes con insuficiencia respiratoria crónica con hipercapnia, evitando la intubación endotraqueal y disminuyendo la estadía de los pacientes en las unidades de cuidados intensivos. Aunque la VMNI se ha empleado en la insuficiencia respiratoria aguda, su utilidad en este grupo de pacientes no está claramente establecida. La ventilación mecánica no invasiva puede aplicarse empleando respiradores que generan presión negativa dentro de una coraza que rodea el tórax del paciente, cuyo empleo resulta engorroso, o mediante respiradores de presión positiva que se conectan al paciente a través de una mascarilla nasal u oronasal, método que en los últimos años ha ganado mayor aceptación.

COMPLICACIONES DE LA VENTILACIÓN MECÁNICA

Durante la VM pueden producirse numerosas complicaciones, algunas potencialmente letales. Por esta razón, la ventilación mecánica sólo debe aplicarse en unidades de cuidados intensivos, con personal médico y de enfermería entrenado en esta técnica.

Complicaciones relacionadas con la vía aérea. El uso de vías aéreas artificiales expone a los pacientes a los siguientes riesgos:

• Infección. El uso de una vía aérea artificial puede introducir gérmenes del ambiente y de las vías aéreas superiores al pulmón, al sobrepasar las barreras anatómicas normales. La contaminación con gérmenes del ambiente puede reducirse con una adecuada esterilización de los equipos, cambio cada 48 horas de los circuitos del ventilador y técnicas asépticas del personal. Sin embargo, el enfermo puede ser también origen de los gérmenes, colonizando los circuitos del respirador con bacterias de su vía aérea alta o de su aparato digestivo y permitiendo así la directa inoculación de éstos en su pulmón e incluso la diseminación al ambiente, con el riesgo de infecciones cruzadas. No existen aún métodos de rendimiento probado que controlen totalmente este tipo de colonización.

• Intubación monobronquial
. El tubo endotraqueal puede deslizarse hacia dentro e intubar inadvertidamente un solo bronquio, generalmente el derecho, lo que suele resultar en atelectasia del pulmón contralateral y barotrauma del pulmón intubado. Para prevenir esta complicación es necesario controlar radiográficamente el tubo después de instalado, cuidando que su extremo distal quede a una distancia > 2 cm de la carina principal. También debe fijarse cuidadosamente a su entrada en la arcada bucal y anotar la longitud introducida para detectar precozmente sus desplazamientos accidentales.

• Ulceras traqueales
. La estenosis es el resultado de la ulceración isquémica de la mucosa, que se produce siempre que la presión aplicada a la pared exceda por un tiempo prolongado la presión de perfusión de la mucosa, que es de 20-30 mmHg. Por lo tanto, el empleo de presiones menores de 25 mmHg en el manguito del tubo disminuye la frecuencia y la magnitud de estas lesiones. Para esto es necesario medir periódicamente la presión del manguito.


Complicaciones relacionadas con la presión positiva en la vía aérea. Algunos efectos adversos derivados del uso de presión positiva durante la inspiración ya han sido mencionados previamente.

Efectos cardiovasculares
. La presión positiva intratorácica puede reducir el gasto cardíaco a través de una disminución del retorno venoso y, a la vez, por un aumento de la post-carga del ventrículo derecho determinada por compresión de los capilares en las áreas mejor ventiladas. Este efecto es más marcado cuando se utiliza PEEP y existe concomitantemente hipovolemia. En general, estas complicaciones disminuyen reduciendo la presión media intratorácica. En otras palabras, no deben emplearse VC superiores a los recomendados, PEEP excesivos o tiempos inspiratorios muy prolongados. Cuando a pesar de ello el gasto cardíaco se compromete, debe recurrirse a infusión de líquidos, si se sospecha hipovolemia, o a inótropos cardíacos. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que este efecto cardiovascular indeseable en pacientes con función cardíaca normal puede contribuir a mejorar el gasto cardíaco en pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva

• Barotrauma. El barotrauma pulmonar es la ruptura alveolar debida al uso de presión positiva. Las manifestaciones clínicas del barotrauma son múltiples: enfisema intersticial, neumotórax, neumomediastino, enfisema subcutáneo, neumoperitoneo, quistes pulmonares a tensión, y quistes aéreos subpleurales. Como se ha señalado, todas estas formas de barotrauma se desarrollan por la ruptura de un alvéolo sobredistendido con penetración de aire al intersticio perivascular o enfisema intersticial. Desde allí, el gas puede alcanzar el mediastino, disecando las vainas perivasculares (neumomediastino), el tejido subcutáneo, a través de las fascias cervicales (enfisema subcutáneo) y el abdomen, al descender por el mediastino hacia el retroperitoneo (neumoperitoneo). Si el gas acumulado en el mediastino alcanza gran tensión, puede romper la pleura parietal mediastínica y provocar un neumotórax. La ruptura de alvéolos cercanos a la pleura visceral puede determinar colecciones de aire subpleural, cuya ruptura a la cavidad pleural suele causar un neumotórax. Si el gas acumulado en el mediastino alcanza gran tensión, puede romper la pleura parietal mediastínica y también provocar un neumotórax.

Los factores de riesgo para desarrollar barotrauma no se conocen en su totalidad. Uno de ellos es la presión que se alcanza en la vía aérea durante la insuflación, siendo la probabilidad de barotrauma creciente en la medida que esta presión supera los 50 cmH2O. Otro es la hiperinsuflación dinámica, fenómeno que señalamos a propósito de los pacientes con obstrucción bronquial y que puede ser minimizado siguiendo recomendaciones ya enunciadas. Un tercer factor, desafortunadamente no modificable, parece ser el tipo de enfermedad pulmonar, pues la frecuencia de barotrauma es mayor en enfermos con asma bronquial, SDRA y en aquellos con enfermedades necrotizantes del pulmón.

Debido a que el barotrauma es una complicación potencialmente letal, debe existir una permanente vigilancia, con radiografías seriadas, en los sujetos de riesgo y con un alto grado de sospecha frente a deterioros cardiovasculares súbitos o elevaciones imprevistas de la presión en la vía aérea.

En resumen, la ventilación mecánica es un recurso terapéutico de gran eficacia, cuyas indicaciones , limitaciones y riesgos deben ser conocidas por todos los clínicos. Sin embargo, su correcta aplicación exige conocimientos profundos de fisiopatología respiratoria y cardiovascular, dominio del funcionamiento mecánico del respirador y un entrenamiento acabado en medicina intensiva.