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La existencia de una obstrucción bronquial
difusa se plantea usualmente en un paciente que consulta por disnea,
episódica o crónica, que se acompaña de sibilancias
audibles para el enfermo o captadas en el examen físico.
Su evaluación objetiva se basa en la demostración
espirométrica de obstrucción bronquial, especialmente
de la relación VEF1/CV. El otro elemento diagnóstico
importante, también aportado por la espirometría,
es el grado de modificación de la obstrucción bronquial
con la administración de broncodilatadores.
En la Tabla 65 -1 se muestran las principales causas
de obstrucción bronquial crónica o recurrente. En
la clínica diaria, los problemas de diagnóstico diferencial
de la obstrucción bronquial difusa se reducen prácticamente
al asma y la EPOC, ya que el resto de las enfermedades son menos
frecuentes y suelen tener características clínicas
que permiten diferenciarlas.
Tabla
65-1
ENFERMEDADES QUE PRESENTAN OBSTRUCCION BRONQUIAL CRONICA |
Asma bronquial
EPOC
Bronquiectasias
Obstrucción de vía aérea central
Cuerpos extraños endobronquiales
Tumores en la vía aérea inferior
Insuficiencia cardíaca izquierda
Tromboembolismo pulmonar
Obstrucción mediada por drogas
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Si bien el manejo de los pacientes con asma es similar en muchos
aspectos al empleado en los pacientes con EPOC, existen claras diferencias
que hacen importante efectuar un diagnóstico diferencial.
Así, en los enfermos asmáticos es extremadamente importante
conducir una búsqueda sistemática de agentes externos
modificables, tales como alergenos, drogas, preservantes de alimentos,
etc., la que no es necesaria en
pacientes con EPOC. En los asmáticos se justifica claramente
el empleo de esteroides en aerosol E, incluso por vía sistémica
en los casos más graves, indicación que es menos frecuente
en pacientes con EPOC.
Por otra parte, el pronóstico de los enfermos
con asma es más favorable. Incluso, los pacientes con una
limitación crónica del flujo aéreo (LCFA) en
quienes se hizo alguna vez el diagnóstico de asma bronquial
tienen una sobrevida mayor que la observada en los que nunca se
comportaron como asmáticos. Este hecho podría interpretarse
como que asmáticos que han llegado a una LCFA tienen un mayor
componente de hiperreactividad bronquial y, por lo tanto, de reversibilidad.
La historia clínica es especialmente útil
en el diagnóstico diferencial, ya que en la mayoría
de los casos, junto con el examen físico, permite formular
con gran certeza el diagnóstico. El principal elemento diferencial
entre asma y EPOC es aportado por la anamnesis: disnea en crisis
en el asma, que suele revertir completamente entre las crisis, versus
disnea de paulatina progresión en la LCFA, con períodos
de exacerbaciones, generalmente debidas a infección o agravaciones
por comorbilidades.
Existen diversos elementos que apoyan el diagnóstico
inicial o servir para una diferenciación en casos mixtos
o poco claros. Pesan a favor de asma:
- Comienzo en la infancia o adolescencia.
- Antecedentes familiares de asma.
- Antecedentes de enfermedades atópicas, como eczema o
rinitis.
- Relación temporal entre exposición a un alergeno
y crisis de obstrucción. Si se descarta un efecto irritante,
este factor es de un gran valor diagnóstico.
-
Eosinofilia en sangre o expectoración.
-
Hiperreactividad inespecífica
importante de las vías aéreas en pruebas de provocación
con histamina, metacolina, ejercicio o aire frío. El
aumento leve a moderado no es diagnóstico, pues se puede
presentar también en LCFA y en rinitis alérgica.
En cambio, apoyan el diagnóstico de EPOC:
- Antecedentes de tabaquismo, que es el agente etiológico
casi obligado de esta condición, aunque no debe olvidarse
que un fumador también puede tener asma.
- Edad de inicio usualmente sobre los 45 años, lo que está
ligado al tiempo que demora en hacerse manifiesto el efecto acumulativo
del tabaco.
- Evidencia radiográfica de destrucción alveolar
por enfisema pulmonar.
La mayor parte de estos elementos diagnósticos
presentan excepciones o pueden estar presentes por simple concomitancia,
por lo cual lo que tiene mayor valor es la sumatoria y coherencia
del conjunto.
Con todo, existe un grupo de enfermos con asma
bronquial, a veces fumadores, que presentan obstrucción crónica,
en los cuales la historia y el examen físico cuando consultan
son indistinguibles de los de un paciente con LCFA, llegando incluso
a presentar retención de CO2 crónica y
cor pulmonale. En ellos, una espirometría aislada
puede ser no diferenciable de la de un enfermo con EPOC, probablemente
porque en su obstrucción predominan factores lentamente reversibles,
tales como edema, infiltración inflamatoria de la mucosa
y retención de secreciones. Por estas razones, muchas veces
el diagnóstico definitivo, basado principalmente en la demostración
de la reversibilidad de la obstrucción, sólo se efectúa
después de un período prolongado de observación
y tratamiento. En esta situación debe procederse al tratamiento
de la obstrucción bronquial difusa de acuerdo a sus características
fisiopatológicas, dejando para más adelante la calificación
diagnóstica. Aplicar apresuradamente una etiqueta errónea
puede significar privar a un asmático de los beneficios de
un tratamiento con corticoides sistémicos, o postergar un
tratamiento en espera de un diagnóstico que necesariamente
será demoroso.
EVALUACION DE REVERSIBILIDAD
El valor generalmente aceptado en los informes
espirométricos como "modificación significativa"
es un aumento de mas del 15% del valor basal del VEF1.
Esta es la cifra máxima de variación de este índice
que se ha observado sin uso de broncodilatadores, por lo que un
cambio mayor sólo indica que el cambio observado no se
debe a variaciones espontáneas del examen.
Un error frecuente es considerar que la reversibilidad
demostrada en una espirometría es igual a la reversibilidad
de la enfermedad. Esto no es así, porque el aerosol broncodilatador
usualmente empleado en la espirometría es un beta adrenérgico,
que si bien reduce el espasmo de la musculatura bronquial no modifica
mayormente la inflamación, la que sí puede disminuir
en los asmáticos con un tratamiento global que incluya
corticoides sistémicos o en aerosol por un tiempo prolongado,
y control de alergenos e irritantes inhalados. Por otra parte,
debe considerarse que la espirometría traduce sólo
las condiciones imperantes en el momento del examen, que pueden
ser diferentes de las presentes en otras etapas de la evolución
del paciente.
Múltiples estudios han demostrado que
en los enfermos con EPOC se pueden observar cambios importantes
del grado de obstrucción bronquial (hasta 40% del valor
basal), que, por definición, no llegan a valores normales.
Este concepto es importante, pues existe el criterio erróneo,
incluso en textos de la especialidad, de considerar como asmáticos
a todos los pacientes con obstrucción que presentan cambios
del VEF1 superiores al 15%. Además en muchos casos la broncodilatación
no se refleja en mejoría del VEF1 sino en un
aumento de capacidad vital y capacidad inspiratoria por reducción
de la hiperinflación, como se explicó en el capítulo
correspondiente de Fisiopatología.
PROCESO DIAGNOSTICO
La Figura 65-1 muestra un esquema del proceso
diagnóstico. En los pacientes en quienes se sospecha por
la historia o se ha demostrado en el examen físico una
obstrucción bronquial difusa, se procede a efectuar una
espirometría basal y con broncodilatador. Si la espirometría
resulta normal, se descarta una EPOC, pero persiste la duda acerca
de un asma con obstrucción bronquial espontáneamente
reversible. Esto puede resolverse con pruebas de provocación
bronquial inespecífica (metacolina, histamina, ejercicio),
que si resultan positivas, confirman el diagnóstico de
asma bronquial.
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Figura 65 -1. Esquema del diagnóstico
funcional de la obstrucción bronquial.
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En casos con espirometría inicial con
un patrón obstructivo, pueden darse dos situaciones:
- Normalización de la prueba con broncodilatadores,
lo que indica que los mecanismos que causaban la obstrucción
eran completamente reversibles, lo que, en ausencia de otras
causas de obstrucción bronquial reversible aguda, permite
efectuar el diagnóstico de asma bronquial.
- Persistencia de la obstrucción bronquial,
hecho que puede deberse a la existencia de mecanismos irreversibles
de obstrucción (enfisema, daño bronquial irreversible),
presencia de mecanismos lentamente modificables (edema, secreciones,
infiltración celular) o a dosis insuficientes de broncodilatador.
Este grupo es heterogéneo, ya que en él caben
desde enfermos cuya obstrucción no se modifica en absoluto
a pacientes que presentan grandes cambios que se acercan a la
normalidad sin alcanzarla. Es importante tener presente que
un mismo cambio porcentual del VEF1 puede tener significados
completamente diferentes. Por ejemplo, en un varón de
170 cm y 60 años con VEF1 basal de 800 ml,
un cambio de 30% sólo modifica este índice desde
26 a 34% del valor teórico. En cambio, si otro paciente
de igual edad y estatura tiene un valor basal de 1800 ml, con
el mismo 30% de cambio modificará su VEF1
de 59 a 77% del teórico, valor que alcanza al límite
inferior de lo normal, lo que tiene connotaciones diagnósticas
absolutamente diferentes, ya que sugiere fuertemente el diagnóstico
de asma. Se ha propuesto expresar los cambios del VEF1 con broncodilatador
como % del valor teórico o como cifras absolutas, con
el propósito de mejorar la diferenciación entre
ambos grupos. Si bien se logran resultados algo mejores, el
grado de superposición es demasiado alto, por lo que
estas formas de expresar la variabilidad tampoco tienen un valor
decisivo.
Existen diferentes estrategias para intentar
obtener la mayor reversión posible de la obstrucción.
En la Figura 66 -1 se sugiere efectuar un tratamiento de prueba
con corticoides, generalmente prednisona, 30 a 40 mg, durante
7 a 12 días, junto a un tratamiento broncodilatador intensivo
por vía inhalatoria. Si con este tratamiento no se observa
ninguna modificación de la espirometría, es poco
probable que existan mecanismos reversibles de obstrucción
bronquial, por lo que estos enfermos pueden ser catalogados como
EPOC. En cambio, cabe considerar la posibilidad de asma bronquial
en aquellos pacientes que muestren cambios importantes del VEF1,
especialmente en términos absolutos, lo que puede confirmarse
por una normalización del VEF1 después de un tratamiento
antiasmático prologado de semanas a meses.
Algunos enfermos muestran grandes variaciones
de su obstrucción bronquial, pero sin alcanzar los límites
normales, pese a haber efectuado todos los esfuerzos razonables
para lograrlo. Esta condición, que hemos denominado limitación
del flujo aéreo mixta, puede deberse a coexistencia de
factores reversibles e irreversibles, ya sea por:
- remodelación de la vía aérea
por inflamación crónica en asmáticos mal
tratados por largos años.
- una real combinación de daño irreversible por
tabaco en un paciente con gran hiperreactividad bronquial o
asma
El proceso de evaluación esquematizado
es importante para el manejo de estos pacientes, ya sea como base
para el diagnóstico diferencial o como herramienta para
el seguimiento de la evolución de la enfermedad y la eficacia
del tratamiento.
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