IntroducciónLa vía inhalatoria tiene claras ventajas para la administración de medicamentos al pulmón. La terapia mediante aerosoles ha adquirido gran importancia debido a que permite lograr altas concentraciones en las vías aéreas de fármacos como corticoides, beta adrenérgicos y anticolinérgicos, logrando de esta manera efectos que sólo se podrían obtener con dosis muy elevadas administradas por otras vías, con los consiguientes efectos secundarios. Por su relativa simplicidad, la terpia inhlatoria se puede emplear también para otros fármacos, como antibióticos, antivirales, hormonas, etc. Depósito de partículas en el pulmón Para que un aerosol tenga efecto terapéutico, se requiere que el fármaco alcance concentraciones suficientes en las vías aéreas distales. No es fácil que las partículas lleguen a ese sitio. Las vías aéreas superiores normalmente actúan como un filtro que dificulta que las partículas alcancen la periferia del pulmón. Los factores más importantes involucrados en este proceso son:
Según las condiciones en que se efectúe la terapia inhalatoria en un determinado paciente, el depósito de partículas puede variar entre prácticamente cero y alrededor de 30% de la dosis que sale del equipo. Las partículas que no penetran al organismo pueden perderse al ambiente o quedar pegadas a los dispositivos empleados. Una proporción variable del aerosol, generalmente alta, se deposita en la boca, desde donde luego es deglutida. Esta parte del aerosol aumenta la probabilidad de efectos adversos, los cuales pueden ser locales (como candidiasis bucal por corticoides) o sistémicos (como efectos cardiovasculares de los beta adrenérgicos). Existe además una fracción del aerosol que es espirado, sin depositarse. |