Introducción

La vía inhalatoria tiene claras ventajas para la administración de medicamentos al pulmón. La terapia mediante aerosoles ha adquirido gran importancia debido a que permite lograr altas concentraciones en las vías aéreas de fármacos como corticoides, beta adrenérgicos y anticolinérgicos, logrando de esta manera efectos que sólo se podrían obtener con dosis muy elevadas administradas por otras vías, con los consiguientes efectos secundarios.

Por su relativa simplicidad, la terpia inhlatoria se puede emplear también para otros fármacos, como antibióticos, antivirales, hormonas, etc.

Depósito de partículas en el pulmón

Para que un aerosol tenga efecto terapéutico, se requiere que el fármaco alcance concentraciones suficientes en las vías aéreas distales. No es fácil que las partículas lleguen a ese sitio. Las vías aéreas superiores normalmente actúan como un filtro que dificulta que las partículas alcancen la periferia del pulmón. Los factores más importantes involucrados en este proceso son:

  • Tamaño de las partículas. Las partículas con un diámetro aerodinámico medio de alrededor de 10u son completamente filtradas por las vías aéreas superiores. El máximo depósito se logra con partículas de aproximadamente 4u, disminuyendo para partículas de un tamaño menor a esta cifra. Los aerosoles terapéuticos están formados por partículas de diferentes tamaños, por lo que para un aerosol determinado se considera su tamaño medio. El tamaño de las partículas depende también de su constitución: un aerosol puede estar formado por gotas de un líquido o partículas de polvo. Las primeras pueden experimentar una disminución de tamaño por evaporación del líquido, lo que depende de la temperatura del aerosol y de la humedad relativa del aire.
  • Velocidad del flujo. Para ingresar profundamente al aparato respiratorio, las partículas tienen que cambiar de dirección, siguiendo el flujo del aire. Una partícula con velocidad muy alta adquiere mayor inercia y la tendencia a continuar su trayectoria en línea recta, por lo que tiende a depositarse en las vías aéreas superiores. Por ello, la inspiración de un aerosol debe realizarse con un flujo bajo.
  • Depósito por gravedad. Una vez alcanzadas las vías aéreas distales, es posible aumentar el depósito de partículas si se efectúa una pausa inspiratoria, que hace posible una mayor sedimentación por efecto de la gravedad.

Según las condiciones en que se efectúe la terapia inhalatoria en un determinado paciente, el depósito de partículas puede variar entre prácticamente cero y alrededor de 30% de la dosis que sale del equipo. Las partículas que no penetran al organismo pueden perderse al ambiente o quedar pegadas a los dispositivos empleados. Una proporción variable del aerosol, generalmente alta, se deposita en la boca, desde donde luego es deglutida. Esta parte del aerosol aumenta la probabilidad de efectos adversos, los cuales pueden ser locales (como candidiasis bucal por corticoides) o sistémicos (como efectos cardiovasculares de los beta adrenérgicos). Existe además una fracción del aerosol que es espirado, sin depositarse.

 
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