Efectos de la hipoxiaLa falta de oxígeno altera la producción de energía por vía aeróbica, por lo que ella produce disfunción de todos los órganos. Además, la falta de oxígeno desvía la producción de energía hacia la vía anaeróbica, con la consiguiente acidosis láctica. Los efectos de la hipoxia varían según el tejido comprometido y la intensidad del trastorno: En el sistema nervioso central, grados leves de hipoxia cerebral producen
pequeñas alteraciones, como dificultad para concentrarse o para
realizar cálculos matemáticos. Grados mayores causan alteraciones
como excitación, cambios de personalidad, pérdida de conciencia,
etc. En el sistema cardiovascular, la hipoxia causa una reacción de tipo estrés, con descarga adrenérgica que determina redistribución de la circulación, con flujo preferente hacia los órganos vitales como cerebro, corazón y diafragma. La mayor actividad cardiaca acelera la velocidad de circulación, lo que permite un aumento del transporte de oxígeno. La hipoxemia produce además vasoconstricción pulmonar, que mejora las relaciones V/Q, pero aumenta el trabajo del ventrículo derecho. En el aparato respiratorio la hipoxia estimula los receptores carotídeos y aórticos, lo que determina un aumento de la actividad de los centros respiratorios ubicados en el bulbo raquídeo, con la consiguiente mayor ventilación alveolar, la que tiende a compensar la caída de la PaO2. También estimula la ventilación la acidosis metabólica, producida por el exceso de generación de ácido láctico en condiciones de hipoxia extrema. Obviamente, el aumento de la ventilación sólo se observa cuando la bomba respiratoria está en condiciones de responder al mayor estímulo, lo que no ocurre en los pacientes con EPOC avanzada.
En la médula ósea, la hipoxia determina un aumento de producción de eritropoyetina, que a su vez incrementa la generación de eritrocitos. Este efecto se observa en la EPOC y en otras enfermedades con hipoxemia crónica, como también en exposiciones prolongadas a la altura. El aumento en la concentración de hemoglobina (Hb) es uno de los principales mecanismos de compensación, ya que permite aumentar e incluso normalizar la capacidad de transporte de O2 aunque persista la hipoxemia. La Figura 1.3 muestra dos curvas de PaO2 vs contenido de O2, una con 15 gramos de Hb y otra con 20 gramos. Se puede observar que en la sangre con Hb normal, el contenido de oxígeno es de 20 ml/dl en el nivel de 80 mmHg de PaO2. En la sangre con poliglobulia se alcanza un contenido de O2 similar cuando la PaO2 es de 40 mmHg. El resto de los órganos sufre alteraciones en su función dependientes de la falta de oxígeno y de sus repercusiones cardiovasculares. |
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