Saturometria de pulso

La oxigenación de la sangre arterial puede ser evaluada indirectamente, en forma no invasiva, mediante la medición transcutánea de la saturación arterial de oxígeno (SaO2).

El equipo mide la absorción de luz de los tejidos en dos longitudes de onda asociadas con la hemoglobina reducida y con la oxihemoglobina, lo que permite calcular la proporción entre ambas (Figura 4.1). Dado que la cantidad absoluta de hemoglobina en un tejido varía cíclicamente con el pulso, el equipo también lo mide y lo considera en los cálculos. Por lo tanto, los equipos proporcionan una lectura continua de

SaO2 y de pulso. Los equipos se fijan generalmente a un dedo o al lóbulo de la oreja.

Fig. 4.1

La medición de la SaO2 es muy útil para evaluar la oxigenación arterial en los servicios ambulatorios y de emergencia. Además, permiten monitorizar pacientes de alto riesgo en unidades de cuidados intensivos.

La interpretación de sus resultados se basa en la relación entre la PaO2 y la SaO2 (Figura 4.2). Los individuos normales tienen saturaciones que varían entre 95 y 97%, con un rango de variación de alrededor de 2%. Cifras menores de 90% se consideran francamente patológicas y se asocian a insuficiencia respiratoria (PaO2 menor de 60 mmHg)

Fig. 4.2

La SaO2 es especialmente útil para evaluar los resultados de la oxigenoterapia en forma no invasiva, evitando las punciones arteriales repetidas. No obstante, debe tenerse presente que esta forma de medición no evalúa la PaCO2 y que variaciones clínicamente importantes de PaO2 pasan inadvertidas, si ocurren en la parte plana de la curva de la hemoglobina. Por ejemplo, la administración exagerada de O2 a un paciente con EPOC elevará la SaO2 hasta 95%, lo que se asocia a una PaO2 de 80 mmHg, lo que puede causar hipercapnia.

 
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