Interpretación del PEF

El valor normal del PEF se obtiene de tablas o gráficos de valores normales. Por su simplicidad, en estas tablas generalmente no se informa sobre límites de normalidad como el percentil 95.

Generalmente se considera anormal un valor de PEF por debajo del 80% del esperado. Un cambio de 15% ó más es considerado significativo, implica que el cambio se debe al broncodilatador empleado y no a la variación debida al azar.

Al igual que el VEF1, el PEF puede disminuir tanto en enfermedades obstructivas como restrictivas. Pero, a diferencia de la espirometría, en esta prueba funcional no contamos con un indicador del volumen pulmonar, por lo que su interpretación con fines diagnósticos debe ser muy cautelosa.

Se puede concluir con razonable seguridad que una disminución del PEF se debe a obstrucción bronquial cuando existe otra información que demuestra que el volumen pulmonar está conservado o elevado. Por ejemplo, se puede aceptar que existe obstrucción si el PEF es bajo y el examen físico del pulmón o la radiografía de tórax demuestran un volumen pulmonar normal o alto.

En cambio, un PEF disminuido en un paciente con derrame pleural puede deberse a la disminución de volumen pulmonar, sin existir obstrucción de las vías aéreas. Si se sospecha que además del derrame existe obstrucción, debe solicitarse una espirometría, que permite evaluar por separado ambos problemas.

El PEF se usa preferentemente en el seguimiento y control de pacientes con asma bronquial. Dado que existe una gran variabilidad entre los pacientes en la percepción de los síntomas de obstrucción bronquial, y que los signos presentes en el examen físico también son difíciles de graduar, el PEF es una herramienta fundamental para evaluar objetivamente el grado de obstrucción y la respuesta al tratamiento.

 
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