Pruebas de provocación bronquial

El asma bronquial es una enfermedad que presenta obstrucción variable de las vías aéreas, por lo que muchos pacientes tienen periodos de función normal seguidos de otros en que ella está alterada. Por esta razón algunos pacientes, especialmente los más leves, pueden consultar en periodos en que su examen físico y pruebas funcionales resultan normales. Si en estos enfermos no se ha demostrado previamente el diagnóstico de asma, puede ser necesario efectuar una prueba de provocación con fármacos que causan contracción del músculo liso para demostrar una función anormal de sus vías aéreas.

Las pruebas de provocación bronquial tienen como propósito demostrar la hiperreactividad bronquial, que consiste en una respuesta anormal a la administración vía aerosol de metacolina o histamina, fármacos que causan contracción del músculo liso y, por lo tanto, obstrucción de las vías aéreas.

La prueba de provocación se efectúa administrando dosis crecientes de un aerosol de una solución con uno de estos fármacos, de acuerdo a un método prestablecido. Después de cada dosis se mide el VEF1 y se lo compara con el observado en condiciones basales.

Para propósitos clínicos se informa la PC20, que es la concentración del fármaco que causa una caída del 20% respecto al VEF1 basal. El valor normal es mayor a 8 mg/ml tanto para metacolina como para histamina. Se puede emplear cualquiera de estos fármacos, aunque la metacolina produce menos efectos sistémicos.

La Figura 9.1 muestra una prueba de provocación bronquial típica de un individuo normal. Se puede observar una caída limitada del VEF1, con un plateau, y que la PC20 es mayor a 8 mg/ml. Otra forma posible de respuesta en individuos normales es que la máxima caída del VEF1 sea inferior al 20%, por lo que no se produce una PC20 (ver Figura 9.2).

Figura 9.1

La Figura 9.2 muestra las curvas de un sujeto normal y de dos pacientes con asma. La hiperreactividad bronquial de estos último se manifiesta por una desviación hacia la izquierda de la curva (mayor sensibilidad) y por un aumento de la magnitud de la obstrucción. La gravedad clínica del asma se correlaciona con la PC20.

Figura 9.2

La hiperreactividad bronquial se observa también en EPOC y en otras enfermedades respiratorias, por lo que las pruebas de provocación bronquial deben ser interpretadas en el contexto clínico. De especial importancia es que grados leves de hiperreactividad bronquial pueden observarse durante y algunas semanas después de una infección aguda de las vías aéreas. Por lo tanto, para evitar resultados falsos positivos, esta prueba debe realizarse 6 semanas después de un episodio de infección.

En niños puede efectuarse una prueba de provocación con ejercicio, que tiene como limitación la dificultad para estandarizar la magnitud del estímulo.

 
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