Valores normales

Para interpretar correctamente el resultado de una espirometría o del PEF, es necesario relacionarlo con los valores obtenidos en individuos normales.

Si se efectúa mediciones espirométricas a un grupo de individuos normales se encuentra una gran dispersión de valores. Los estudios han demostrado que la variabilidad de los índices espirométricos es explicada por varios factores:

  • Talla. Explica una parte importante de la variabilidad. Obviamente, las personas más altas tienen valores espirométricos mayores.
  • Edad. Los valores espirométricos aumentan proporcionalmente al crecimiento y desarrollo de los pulmones en los niños y adolescentes, alcanzando los máximos valores entre los 20 y 25 años, aproximadamente. Posteriormente se produce una lenta caída que se explica fundamentalmente por una pérdida de la elasticidad pulmonar.
  • Sexo. A igualdad de los otros factores, los hombres adultos tienen valores mayores que los de las mujeres. Esta diferencia se produce en el periodo de la pubertad. Antes de este periodo no existen diferencias significativas entre niños y niñas.
  • Factores étnicos. Existen diferencias de volumen pulmonar entre las diferentes razas, lo que se explica, probablemente, por diferencias en las proporciones de los segmentos corporales. Los valores espirométricos son menores en las personas de raza negra e intermedias en los caucásicos. En Chile se ha demostrado valores mayores que los descritos en Norteamérica y Europa.

    Tablas de valores normales

    Considerando los factores mencionados, se construyen tablas de valores normales o nomogramas, de los cuales es posible obtener valores esperados de CVF, VEF1 y relación VEF1/CVF. También existen tablas de valores normales para PEF (Figura 5.1).

Figura 5.1 Figura 5.2
En la Figura 5.2 se muestra una distribución de frecuencias de uno de los índices espirométricos usados en clínica, el VEF1, en individuos sanos. Todos ellos tienen igual edad, sexo y talla. Se puede apreciar que existe una distribución normal con un promedio de aproximadamente 2600 ml, al cual se asigna el valor 100% del teórico. La dispersión de los valores en estos individuos normales es relativamente alta, pues se observan valores que varían entre 2000 (77%) y 3200 ml (123%), pese a que se ha excluido la variabilidad causada por los factores raciales, sexo, edad y talla. Esto implica que existen otros factores, hasta ahora desconocidos, que causan variabilidad en los valores.

Significado de un valor bajo el límite normal. En clínica se emplea como límite inferior de lo normal el percentil 95, que es el valor sobre el cual se distribuye el 95% de los individuos normales. En la Figura 5.3 se observa que el percentil 95 cae aproximadamente en el 77% del valor promedio del grupo. En la misma figura se muestra la distribución teórica de un grupo de pacientes con una enfermedad obstructiva, por ejemplo EPOC. Se puede observar que existe sobreposición entre pacientes con los normales: una proporción de los enfermos tiene cifras dentro del rango normal, mientras que un 5% de los individuos sanos tiene valores que son considerados "anormales", ya que caen bajo el percentil 95.

Figura 5.3

El análisis de esta figura demuestra dos hechos importantes:

  • La espirometría no es 100% sensible, ya que algunos enfermos no son detectados. Esto no significa que ellos carezcan de compromiso funcional, ya que es posible, por ejemplo, que un paciente haya comenzado con un valor de 120% y caiga a un 80%, valor todavía dentro del rango normal. Este tipo de enfermo podría identificarse con pruebas funcionales más sensibles o si se dispone de exámenes previos que permitan demostrar una caída del parámetro estudiado más allá de la velocidad propia de la edad.
  • Las alteraciones espirométricas no son 100% específicas, ya que algunos normales (5%) tienen pruebas "anormales". La alteración en estos casos es generalmente pequeña o de sólo uno de los índices.

Como corolario de lo anterior, se puede concluir que el resultado de una espirometría siempre debe ser analizado en conjunto con el resto de la información clínica, ya que aisladamente puede inducir errores. En este sentido, debe considerarse que el informe que proporciona el laboratorio de función pulmonar es sólo un análisis de las cifras obtenidas, efectuado de acuerdo a pautas establecidas. El análisis final de los resultados y su aplicación al paciente debe efectuarlo el médico tratante en conjunto con el resto de los datos clínicos.

En Chile se ha usado corrientemente las tablas de valores normales elaboradas en EEUU por Knudson y cols. Durante los últimos años diferentes autores nacionales han demostrado que los valores espirométricos normales en Chile son superiores a los de Knudson en cifras del orden de 10%, motivo por el cual es recomendable el uso de los valores de referencia nacionales de Gutiérrez y cols.( Rev Med Chile 1996; 124: 1295-1306 y Enf Resp Cir Torác 1997; 13 165-177)

 
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